¡No claves el cuchillo!

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Hay mucha conmoción en el hospital. Enfermeras y doctores se mueven con rapidez y seriedad en sus rostros, haciendo lo necesario para atender lo antes posible al recién ingresado paciente de 24 años identificado como Ricardo.

Hacía poco menos de media hora, Ricardo había sido atropellado por un auto que venía a gran velocidad, salió despedido por el aire varios metros, impactando violentamente con el asfalto y quedo instantáneamente sin vida.

Alguien que estuvo cerca del fatal accidente corrió a un teléfono público y llamo a un hospital cercano.

Una ambulancia de la clínica “Tessa” llegó muy acelerada después de cinco minutos.
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Cuidadosamente subieron el lastimado cuerpo de Ricardo a la ambulancia, y después de batallar arduamente durante diez minutos, cuando parecía que sería imposible salvar la vida del muchacho, cuando los médicos estaban a punto de rendirse, milagrosamente, Ricardo reaccionó. Los médicos suspiraron aliviados, sintiendo que un peso se quitaba de sus hombros.

-Tranquilo - le decían los doctores – todo va a estar bien.

Ricardo no podía hablar pero tenía una sonrisa en sus ensangrentados labios, que inspiraba gran calma.

Arribaron al hospital y querían, lo más pronto posible, poner totalmente a salvo la vida de Ricardo. Para esto pusieron el caso en las manos del mejor médico de la clínica “Tessa”: El doctor Ramos.

El Dr. Ramos ingreso a la habitación donde se encontraba Ricardo, quien estaba ya más consciente y podía hablar, pero no se podía mover.

Fue grande la sorpresa que llevo el doctor Ramos al ver en el rostro una sonrisa gigantesca, que expresaba verdadera felicidad. Ramos permaneció serio y comenzó a hacer su trabajo:

-¿Cómo te sientes?- pregunto el médico.
-¡Realmente muy bien!- afirmo el sonriente y herido muchacho.

El doctor un tanto confuso, preguntó nuevamente: -¿Estás seguro de que te sientes bien?
Ricardo contesto: -¡Si! ¡Muy bien!

-¿Qué te hace sentir bien? – pregunto el doctor que empezaba a sentirse incómodo por las respuestas del paciente, que parecía estar bastante dañado, pero a pesar del dolor mantenía una intensa sonrisa en su rostro.

- Es indescriptible – replicó Ricardo – ¡Lo que me ha sucedido es grandioso!

- ¿Qué puede ser tan grandioso?, casi terminan con tu vida, no sabemos cuanto tiempo tendrás que estar aquí, y ni siquiera sabemos si te restablecerás por completo.
Entonces Ricardo comenzó a explicar que lo hacía tan feliz:

- Recuerdo ver el auto que estaba ya demasiado cerca y demasiado rápido como para hacerme a un lado. Después de esto solo recuerdo haber estado en un lugar lleno de luz, y sentía una inmensa alegría, sentía que podía volar, ser libre, quería correr, saltar, gritar, ¡Es el lugar más hermoso que he visto!

El doctor Ramos se mostró escéptico: - No creo en esas cosas – dijo.

- ¡Lo he visto! – Exclamó Ricardo – ¡lo he visto!

- Mejor quédate en silencio y descansa, tal vez los golpes te han hecho alucinar – respondió molesto el incrédulo doctor y comenzó a revisar a Ricardo que continuaba extasiado.

- ¡No puede ser! Tu hígado está prácticamente destruido, necesitamos reemplazarlo cuanto antes, de lo contrario morirás. – Dijo Ramos.

- No tengo miedo – dijo Ricardo.

- ¡Estás realmente loco! – dijo el doctor y salió rápido, a buscar la solución para el hígado del accidentado.

Mientras conversaba con su equipo de médicos para ver las alternativas para Ricardo, no podía dejar de pensar en las palabras de Ricardo: - ¿Será cierto? – Se cuestionaba - ¿existirá vida después de la muerte?
No podía sacar la duda de su cabeza.

Decidieron hacerle el trasplante de hígado, pero el Dr. Ramos no quiso participar en la operación.
Los médicos comenzaron a explicar a Ricardo lo riesgosa que era la intervención: - Si fallamos mueres - le dijeron.

- Cambiaría mi vida entera por volver a vivir esos dieciséis minutos – expreso Ricardo, y contó a los doctores, lleno de asombro, la experiencia que tuvo en los minutos que estuvo sin vida. Todos lo oyeron con cierta incredulidad, y comenzaron la intervención.

Mientras tanto Ramos permaneció en su oficina hasta muy tarde, atormentándose con sus dudas, escuchando en su cabeza miles de veces las palabras de Ricardo, y viendo su rostro lleno de felicidad.

Mientras en la sala de operaciones varios médicos intentaban salvar la vida de Ricardo, en su oficina seguía Ramos luchando consigo mismo, preguntándose una y otra vez:
- ¿Podré ser realmente feliz?
Si tan solo por unos instantes pudiera escapar de todo el estrés, si pudiera tener tranquilidad por unos minutos, si pudiera ser feliz unos segundos… - se cuestionaba el doctor aturdido.

De pronto, el doctor, decidió lanzarse en búsqueda de su propia experiencia de felicidad.
Cogió un cuchillo que encontró en su escritorio, hizo un corte en su muñeca e inmediatamente después, clavó con violencia el cuchillo en un toma de corriente en la pared.

Su cuerpo se sacudió violentamente por unos segundos al recibir la descarga eléctrica. Y mientras seguía fluyendo la sangre de su herida muñeca, cayó tendido, inconciente…

¿Qué estaba buscando este hombre?
¿Qué hizo que intentara terminar aunque sea por unos segundos con su vida?
¿Qué impulso a este incrédulo doctor a cometer tal locura?

La respuesta es simple y a la vez compleja.

El doctor Ramos estaba buscando algo que todas las personas andamos buscando, y a veces sin saberlo, pero la buscamos al fin y al cabo: LA FELICIDAD.

Probablemente dirás: “Yo no me cortaría las venas, y mucho menos me electrocutaría”, y yo te diré que quizá si lo estás haciendo o lo hemos hecho...

Cuando tomas alcohol, hasta embriagarte, buscando ahogar las penas, divertirte, o celebrando cualquier cosa como excusa, ¿sabes qué? … lo estas haciendo.

Cuando fumas o te drogas o ingieres sustancias para “elevarte”, o estar “en onda”, ¿sabes qué? … lo estás haciendo.

Cuando buscas agradar a todo el mundo solo para sentir aceptación de un grupo de amigos, o para evitar el rechazo de algunas personas, ¿sabes qué?... lo estás haciendo.

Cuando mantienes relaciones sexuales sin sentido, con tu enamorada, tu novia, o fuera del matrimonio, ¿sabes qué? … lo estas haciendo.

Todos estamos buscando la felicidad, y si tratas de negarlo, pues te engañas a ti mismo.
Todos andamos tras ella de múltiples formas, niños, jóvenes y viejos, solteros, casados, viudos y divorciados, no hay un ser humano fuera de la lista, todos estamos incluidos.

La pregunta clave es: ¿Que debo hacer para ser feliz?, ¿Dónde puedo comprar la felicidad?, ¿Qué tengo que hacer para hallarla?

Daré una respuesta sencilla, se que tal vez no creas que funcione, pero te garantizo que si lo haces, será el primer paso para empezar a ser realmente feliz.

Además la respuesta no es algo que se me ocurrió a mi, la respuesta hace muchos siglos nos la dio Jesús cuando dijo: “...Entra en tu cuarto y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que esta allá, en lo secreto; y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6, 6).

La experiencia que tuvo Ricardo, en los minutos que estuvo sin vida, la pudo tener el Dr. Ramos, y la puedes tener tú, todos los días, si tan solo decides entrar en tu cuarto, y estar ahí con TU PADRE, con Dios.

No te imaginas todo lo que ha de ocurrir cuando te atrevas a dejar tus incorrectas búsquedas de felicidad, y empieces a buscarla buscando al autor de la felicidad, en su lugar preferido... tu cuarto.

¡Ahí y solo ahí comienza la felicidad!

Finalista a Premio Letra Viva

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El Premio de Ensayo Letra Viva, es una convocatoria anual de la red de editoriales Letra Viva, la empresa editorial Christian Editing y la organización Media Associates International (MAI), que entre otras reconocidas instituciones patrocinadoras procuran por esta vía impulsar el desarrollo del pensamiento y la literatura cristiana en Latinoamérica.

Bueno, la grata noticia que recibí ayer de la editorial Christian Editing (Costa Rica) a través de un mail, es que he clasificado a la parte final del concurso con el artículo que titulé "Salvar una vida o destruirla".

Estoy realmente contento y agradecido a Dios por este logro. Ahora seguiré en la cerrera con otros 19 escritores de distintos países que fueron elegidos entre los 180 participantes del concurso.

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